«Despertó en mí una fría y cruel pasión. (…) Un libro con el que descubrí qué tipo de persona quería ser realmente.» Slavoj Žižek
«Con la reedición de ’Claus y Lucas’, en fin, se recupera una obra imprescindible para los que aún creen en la posibilidad de explorar los abismos de la vida mediante la literatura.» Guillem Borrero (Librújula)
«La riqueza de su textura se suma al espeluznante paisaje individual y colectivo y, sin duda, a las sorpresas, giros y desmentidos para mantener anonadada y perpleja la atención del lector.» Manuel Hidalgo (El Cultural)
«Contando la historia de los temibles hermanos Claus y Lucas, Kristof disecciona la condición humana.» Fran G. Matute (El Cultural)
«Tan solo la lectura del primer libro ya es una experiencia literaria, pero leer los tres seguidos, con el corazón a punto de salirse por la boca, es una de las que no se olvidan fácilmente. (…) Agota Kristof sabe conducir a través del campo de minas que es la literatura, con peligros mortales en cada página, y salir ilesa.» Marina Espasa (Diari ARA)
«La prosa es lúcida, minimalista, despersonalizada de la misma manera que mucha ficción europea de la nueva ola; y empleada por Kristof, contribuye a una novela feroz e inquietante. En lugar de distanciarnos de los acontecimientos descritos, su tono comedido realza los horrores de la guerra.» Michiko Kakutani (The New York Times)
«’Claus y Lucas’ es una parábola estremecedora, sin espacio para la esperanza. Agota Kristof demuestra que la verdadera literatura nos enseña lo que no podemos conocer, pero sí comprender.» Rafael Narbona (El Cultural)
«Un libro extraordinario.» Jorge Carrión
«En su escritura asoma la molécula dolorosa de quienes han padecido demasiado sin hacer bandera del daño.» Antonio Lucas (El Mundo)
«La historia de dos gemelos puede ser la historia de todo un mundo. Un mundo dividido por la segunda guerra mundial donde unos niños han de
aprender a vivir bajo las severas leyes de la crueldad y la miseria.» Página Dos
«Un trabajo extraordinariamente impactante: compacto, disciplinado, lacónico y profundamente inquietante. (…) Kristof alcanza una destacada originalidad. Su voz es única precisamente por la ausencia de individualidad, porque renuncia a cualquier compromiso sentimental o emocional.» Andrew Riemer (The Sydney Morning Herald)